Carta a los lectores
por Pablo Cervera Barranco
Querida familia Magnificat:
Cuando presenta la contemplación del nacimiento en Belén en sus Ejercicios espirituales, san Ignacio de Loyola introduce así al que contempla: «Yo, un pobrecito y esclavito indigno, mirándolos, contemplándolos y sirviéndoles en lo que necesiten, como si presente me hallase, con todo el acatamiento y reverencia posibles». Dios se hace cercano, es verdad. Pero somos «indignos» por nuestra contingencia y nuestro pecado. «Esclavito» es el que se acerca a su Señor: precisamente a ese que le va a liberar. Y en esa misma línea el Santo nos pide acatamiento y reverencia. Ante el misterio de Dios hecho hombre tenemos, sí, que ir a su encuentro, pero con asombro y reverencia ante el misterio que nos desborda, como cuando el sacerdote introduce el Padre nuestro en la Misa con la expresión: «Nos atrevemos a decir».
Estos días de Navidad son para gustar asombrada y alegremente el salto que Dios da hasta nuestra humanidad y besar en ese Niño al Dios Creador de las galaxias y Redentor de la humanidad, «nacido en suma pobreza… para morir en la cruz. Y todo esto por mí», sigue diciendo el de Loyola. Difícilmente se puede involucrar mejor a cada cristiano en el belén como lo hace san Ignacio. Ojalá este año tu belén sea una implicación de tu persona con ese Niño que nace en Belén por ti.
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En Jesús y María,
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