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Comentarios de arte

Y María concibió del Espíritu Santo

por Michel Feuillet

El tributo del César, Ca. 1612

por The Fine Arts Museum of San Francisco

Carta a los lectores

por Pablo Cervera Barranco

Querida familia Magnificat:

La Pascua es un tiempo fascinante.

La Iglesia celebra la razón de su ser: Cristo recobra para sí y para la humanidad la vida que no perece, la gloria, la luz divina. Gran pena es que muchos cristianos no sean capaces de testimoniar esta realidad porque no han experimentado al resucitado en sus vidas o en las de otros. Los apóstoles fueron destinatarios de las apariciones, testigos de los prodigios que Cristo resucitado realizaba ante ellos. Testimoniar la presencia y acción del Resucitado en nuestra vida es motivo de fortalecimiento y acrecentamiento en la fe. He sido testigo, en mi propia carne y en la de otros, de que donde entra el Resucitado se hace vida, se hace luz, se hace alegría: en vidas de mujeres agredidas, en presos, en familias que han vivido el suicidio o la muerte accidental de uno de sus miembros, en jóvenes que tuvieron que superar el rechazo de sus familiares a seguir una vida de consagración… En estos y tantos otros casos entró el Resucitado, «se apareció» y obró su victoria. Haz memoria: ¿dónde entró el Resucitado en tu vida, en qué momento, en qué tragedia, en qué alegría?

¿Dónde viste al Resucitado actuando en alguien cercano? No está aquí (en la tumba), ha resucitado y nos precede.

Feliz tiempo del Resucitado.

En Jesús y María,

Pablo Cervera Barranco

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El artículo del mes

Oremos por las intenciones del papa Francisco por Pablo Cervera

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